Junto con todo lo que se planea para la boda, la barra de bebidas es un aspecto muy importante, tanto como el banquete, pues siempre surge el interrogante de qué brindar, el gusto de unos y el de otros, en fin, la variedad es lo más aconsejable.
Ante esto también se debe tener en cuenta el presupuesto, pues las bebidas requieren de calidad y eso tiene una relación muy cercana con el valor de las mismas, sin embargo en la planeación todo se puede lograr y empezar por brindar a la salud y la felicidad, advierte el experto Germán Doria.
De acuerdo con el estilo de celebración elegido, así será la planeación de bebidas. Desde el brindis inicial empieza una cadena de tragos, pues la velada puede ser larga y esto no puede faltar a lo largo de ella.
Los cocteles son fundamentales, su refrescante sabor y el colorido, llevan a más de uno a permanecer unidos a su copa, pero también los tragos más fuertes tienen que hacer presencia. El gin tonic es básico, indica Doria, el cual ya tiene múltiples opciones, como el que se le fusiona con frutos amarillos con base en maracuyá y mango, llevando a un resultado exquisito.
El abanico de opciones se despliega en la barra y las variaciones son aceptadas, pues parte de la creatividad del barman, como el nuevo mojito, que además de su preparación tradicional, incorpora las semillas de maracuyá, una variedad muy contemporánea.
Para ampliar la oferta de la noche, Germán Doria aconseja que no falte la refrescante cerveza, el margarita que sigue reinando y los jugos cítricos para hidratar a los invitados que han pasado por varias fiestas antes de la celebración final.
Es casi una regla que para que una barra de bebidas sea completa, se calculan de cinco a seis vasos de licor por persona, esta cantidad varía según la edad de los invitados, pues allí también los gustos son diferentes.