La novia muestra su estilo en el vestido, éste es protagonista tanto como quien lo luce y la tendencia se inclina por propuestas cada vez más vanguardistas, donde la comodidad y la elegancia pueden lograr una excelente comunión.
Con el nuevo milenio y su generación, la tradición da un paso al lado y la tendencia presenta un concepto muy fresco, enfocado a la novia moderna, sofisticada, que busca algo diferente, advierte la experta Martina Mikova.
El enfoque actual tiende hacia una novia bohemia, vintage, boho chic y hippie chic, como también recurre a la combinación de diferentes piezas, puede ser un pantalón, una chaqueta, una sobre falda, que la lleven a lucir varios estilos en una misma noche, sin recurrir a atuendos distintos.
Una de las propuestas está en una especie de body que sería la base para el atuendo de la novia y encima se va combinando con diferentes tops, llevándola a exhibir una variedad bajo un mismo concepto.
Cada vez más la tendencia se inclina por los escotes en la espalda, los mismos van recamados en pedrería, algo que se acentúa con fuerza para el próximo año. En lo que a aberturas se refiere, la falda se incluye en la propuesta sexy de la temporada, incluso en algunos diseños las transparencias llegan con más fuerza.
La propuesta textil para estos diseños se basa en diferentes tipos de encaje, crepé, chantillí, chifón, seda, en general tejidos naturales que le suman calidad a estos vestidos, llegando al resultado soñado, indica Martina Mikova.
Los vestidos vintage se remontan a la inspiración del pasado, cuando algo envejecido toma visos modernos, mientras que el bohemio recurre a diseños con mayor fluidez, donde el encaje es protagonista.
Las telas plisadas están muy actuales en esta temporada y la paleta de tonalidades se aleja notoriamente del blanco puro para refugiarse en ivory, off white y especialmente los colores beiges y champaña, un toque de riesgo para una novia millennials.
Continuando con el tema del color, existe dentro de esta llamativa propuesta la sugerencia hacia diseños en tonalidades menta o hasta azul, aunque no es muy común ya empieza a abrirse paso con fuerza.
Los complementos y accesorios se simplifican. Atrás queda el velo y entran las capas y en cuanto al calzado, la tendencia se aleja de los tacones y busca enteramente la comodidad. Algunas novias recurren a las flores naturales, elemento que hace parte de ese concepto y el cinturón que se adapta a la combinación de piezas separadas.