Y llegó el momento de dar ese impulso de energía desbordante, donde se baila al son que toquen y el protocolo se hace a un lado para disfrutar de esa explosión de sorpresas y diversión, es la “hora loca”.
Se trata de una de las sorpresas de la fiesta, un momento espontáneo y gracioso presidido por los novios y secundado por todos, allí nadie se queda sentado, pues los vestuarios especiales, pitos, máscaras y el resto de accesorios coloridos, invitan a celebrar en grande.
Se trata de una costumbre que llegó para quedarse y generalmente toma elementos de la cultura de la pareja, los maximiza y se convierte en inolvidable. Es una historia bailada, para disfrutar como nunca y el Carnaval de Barranquilla es uno de los más apetecidos.
Este “desorden organizado” es más común en fiestas nocturnas, aunque nadie indicó que se vaya a prescindir del mismo bajo la luz del sol, todo se puede personalizar, darle ese toque único y llevar como el mejor recuerdo para la posteridad.
Lo más recomendable es planearla para después del banquete y en medio de esas bebidas destinadas para desinhibir. Aquí la música es el ingrediente principal, porque la emoción puede desbordar en bailes cantos y hasta rondas de los más activos en la mitad de la pista.
Es de aclarar, que la hora loca debe reflejar la personalidad de la pareja, desde el vestuario, hasta la música, sin olvidar que allí también los invitados se convierten en protagonistas, por lo que la planeación de la misma es fundamental.